LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO
Uno de los retratos más ácidos y divertidos que nunca se han hecho sobre la hipocresía social.
La gloriosa trayectoria de Oscar Wilde quedó arruinada repentinamente con la condena a dos años de prisión que le acusaba de indecencia por su vida privada, sólo tres meses después de haber estrenado esta comedia.
El escritor, que no se reharía de un golpe tan duro, ya había denunciado a menudo la hipocresía de una sociedad cada vez más conservadora y controladora sobre la intimidad de sus ciudadanos. Una hipocresía que, de manera premonitoria, se convertiría en la protagonista de esta deliciosa obra maestra sobre los enredos amorosos de dos jóvenes británicos y sus secretas dobles vidas, lo anticipa algunas de las principales vanguardias del siglo XX.
TEXTO DEL DIRECTOR
Dice Paco Nieva que La importancia de llamarse Ernesto es «un perfecto sueño de teatro, una comedia despiadada y excéntrica, perfecta, bella y onírica como la vida de una rosa en las extrañas paredes de un jardín vertical». Una rosa delicada que nos recuerda lo efímero y revelador que tiene la belleza y la vida.
Wilde escribió un texto perfecto lleno de sabiduría dramatúrgica y de inteligencia vital. Con sus réplicas desacomplejadas hace que la verdad explote en la cara de los espectadores que se sienten constantemente interpelados.
Wilde nos descubre una gran cantidad de territorios por donde se pasean sus personajes: el amor, el deseo, los orígenes, el compromiso, la hipocresía, la identidad y, sobre todo, la libertad, su tan querida libertad, para poder ser quien era, y que le llevó a la cárcel poco después de escribir La importancia de llamarse Ernesto. Este sentimiento de libertad está presente en toda la función. Y quizás la concreción mejor encuentro de esta libertad la vemos en dos de los personajes femeninos, Gwendolen y Cecily, que viven con tanta o más intensidad su vida soñada que no su vida real. ¿Dónde están los límites de cada uno de nosotros? ¿Por qué nos autocensuramos? ¿Como podemos llegar a ser, con plenitud, nosotros mismos?
Aunque quizás cueste ver, ya que nos encontramos ante una comedia luminosa, dentro de La importancia hay también una fuerte pulsión de muerte. Como toda obra de arte que nos resuena, después de más de cien años de ser creada, lo que nos cuenta Wilde de cómo vivir está profundamente ligado a que esto de existir (que sepamos nosotros) sólo pasa una vez y que la nuestra «presencia» en este mundo sólo tiene sentido si llegamos a ser libres.
David Selvas
Fitxa tècnica
Dirección: David Selvas
Ayudante de dirección: Sandra Monclús
Traducción: Cristina Genebat
Con: Jaume Madaula, Ferran Vilajosana, Paula Malia, Paula Jornet, Laura Conejero, Mia Esteve y Norbert Martínez.
Escenografía: Jose Novoa
Il·luminación: Mingo Albir
Sonido: Lucas Ariel Vallejos
Vestuario: Maria Armengol
Caracteritzación: Paula Ayuso
Coreografía y Movimiento: Pere Faura
Dirección Musical y arreglos: Pere Jou y Aurora Bauzà (Telemann Rec.)
Composición musical: Paula Jornet
Ayudante de vestuario: Raquel Ibort
Construcción de escenografía: Carles Hernández «Xarli» y Òscar Hernández «Ou»
Confección de vestuario: Goretti Puente
Jefe técnico: Arnau Planchart
Sastra: Irene Fernández
Fotografía: David Ruano | Felipe Mena
Teaser: Mar Orfila
Una producción de el Teatre Nacional de Catalunya y La Brutal.
Con la colaboración de Marco Pascali, Punto Blanco y Optica Sanabre
Agraïments: Fluren Ferrer y Dagoll Dagom
Duración del espectáculo: 1h 45 min.